Los incen­dios fores­ta­les son un fenó­meno comple­ta­mente natu­ral en muchas regio­nes del mundo. Allí, tienen una influen­cia posi­tiva en la zona fores­tal afec­tada, por ejem­plo, cuando el calor extremo gene­rado durante un incen­dio libera semi­llas de las que crecen nuevos árbo­les. Sin embargo, los incen­dios fores­ta­les tienen un aspecto muy preo­cu­pante, que se aborda en este estu­dio: Cuando los incen­dios fores­ta­les se produ­cen con dema­siada violen­cia, en el lugar equi­vo­cado, en un momento inusual o con dema­siada frecuen­cia, es una señal segura de que el ecosis­tema se ha desca­rri­lado debido a la inter­ven­ción humana. En estos casos, los incen­dios fores­ta­les supo­nen una grave amenaza.